La acción territorial como base de la cultura comunitaria para la paz

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Las políticas culturales comunitarias orientadas a la cultura de paz deben desarrollar los mecanismos y definir los alcances y límites del sector cultural en territorios vulnerables y de violencias para construir entornos de paz. Las violencias son multifactoriales, por lo que la cultura contribuye sobre todo en la prevención. La “Cultura para la paz” sostiene que las prácticas culturales y artísticas promueven el sentido de pertenencia, el abordaje y el reconocimiento de la memoria colectiva y la reafirmación de la identidad para la construcción de ciudadanía. Asimismo, se afirma que la cultura y el arte promueven la cultura de paz para fortalecer el sentido de pertenencia, la convivencia armónica y la cohesión social.

La participación comunitaria debe ser activa, desde la identificación de necesidades hasta la evaluación de los resultados, asegurando que las iniciativas respondan a las realidades locales y fomenten un diálogo constante entre las comunidades, los agentes culturales, expertos e instituciones gubernamentales. Esto no solo legitima las políticas culturales, sino que también refuerza la cohesión social y el sentido de pertenencia.

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